miércoles, 5 de marzo de 2014

Los negociadores del Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC han dado un gran paso al llegar a un acuerdo en el espinoso punto de la participación en política del grupo subversivo una vez deje las armas. Lo importante de este acuerdo, que es el segundo punto de una agenda de seis, es que las partes ponen sobre la mesa un eventual escenario de postconflicto, en el que el Estado colombiano garantizará que la guerrilla y la oposición puedan ejercer libremente la política. Un avance trascendental para un país que lleva 50 años de conflicto armado interno.

Después de acelerar el ritmo, que incluyó ampliar el actual ciclo de negociación, presionados por mostrar resultados y con una oposición respirándole en la nuca al Gobierno, ayer se presentó en La Habana un comunicado conjunto en el que revelaron algunos de los acuerdos convenidos. La participación se centra en las garantías políticas que tendrá la oposición y en especial el movimiento político que nazca tras la firma del fin del conflicto, así como el acceso a los medios de comunicación.

Estos anuncios ayudarán a mejorar el optimismo de los colombianos sobre un proceso que ha venido perdiendo apoyo y se ha convertido en el principal tema de campaña de la oposición, con el expresidente Álvaro Uribe a la cabeza. Sin embargo, falta mucho por recorrer y definir cómo se harán realidad estos acuerdos, que se están concretando en momentos previos a las elecciones presidenciales de 2014, y cuando se espera que Santos anuncie si se lanza o no a la reelección.

Las partes fueron cautas al recordar una de las máximas del proceso de negociación: “Nada está acordado hasta que todo esté acordado”.